Descripción del proyecto
UN HÉROE
Un soldado francés desea hablarme.
Empuja la criada la puerta del estudio y entra un soldadito de infantería con aspecto de miseria y cansancio. El pantalón rojo ha tomado un color obscuro de ladrillo: en cambio el capole azul es casi blanco, por haber devorado su tinte las lluvias y el sol. El quepis, bajo su funda obscura, se revela blando y arrugado, lo mismo que un fuelle. Es un uniforme de guerra, de trinchera, que denuncia largas semanas sin despegarse del cuerpo, sirviendo a la vez de cama y de envoltura.
Su portador ofrece mejor aspecto. Va limpio, bien lavado y afeitado, con un ligero perfume en la cabeza, recién salida de manos del peluquero. En una muñeca, un reloj pulsera de oro. En la otro mano sortijas y un buen cigarro de marca cubana.
Creo reconocer este rostro pálido y sonriente: dudo, reconcentro la memoria, pero el soldadito me evita el trabajo mental hablándome en valenciano. Don Visent…, don Visent. ¿Es que no lo reconozco?