Descripción del proyecto
Algunos recuerdos de Blasco Ibáñez en el primer aniversario de su muerte.
Cuando lo conocí —en 1904, era yo estudiante— vivía entre Madrid y Valencia. Valencia: la «Malvarrosa»; Madrid: un hotelito, muy simple, en la calle de Salas, a quince o veinte metros de la Castellana. Blasco poseía una barba negra y lustrosa, un pelo ondulado y un armónium con que satisfacía su pasión por la música: Wagner y Beethoven…