Descripción del proyecto
AL PASAR
Le vi casualmente hace algunos días en los bosques del Pardo. Estaba yo con Castrovido y Menéndez Pallarés, admirando la belleza sombría y monótona de las seculares arboledas del real sitio cuando pasó él en un landó tirado por briosas mulas.
A no ser por las convicciones políticas, hubiese descubierto mi cabeza por un sentimiento de conmiseración. Soy padre y no puedo evitar un movimiento de lastimera simpatía cuando veo a un niño o un adolescente enfermo de anemia o de tisis, con el sello de la muerte impreso en el rostro. Pienso en mis hijos, y aunque el enfermo haya nacido en lo alto, lo compadezco, porque al fin, ¿qué son las diferencias sociales, inventadas por la ambición de los hombres, y qué todas las majestades y los respetos de la autoridad, que duran a lo más unas cuantas decenas de años?… Tristes comedias humanas que terminan apenas se apaga la luz de la vida, y en las cuales no hay más que un protagonista inmortal y verdadero: el gusano, señor de la tumba.