Descripción del proyecto
PALABRAS Y OBRAS
Froilán León
Muchas veces hemos demostrado con hechos patentes que de la teoría a la práctica hay una distancia enorme, y que en el campo liberal abundan los hombres que predican a diario la libertad, y luego por egoísta conveniencia son tiranuelos de la peor estofa. Los socialistas, por ejemplo, claman, y hacen muy bien, contra la explotación de la infancia; y, sin embargo, las dos o tres imprentas socialistas que hay en Madrid hacen su trabajo con niños que, por un jornal exiguo, componen tantas líneas como un hombre.
Pero donde resalta con toda claridad la exactitud de aquel antiguo apotegma que dice que
una cosa es predicar
y dar trigo es otra cosa,
es en la imprenta que el famoso Blasco Ibáñez posee en Valencia para imprimir su periódico El Pueblo. Ya saben ustedes que este Sr. Blasco Ibáñez es hombre de ideas avanzadas, ateo, revolucionario y socialista, según confesión propia. Opina que el obrero debe recibir íntegro el fruto de su trabajo, y es partidario de la socialización de los medios de producción y del reparto de los productos entre los miembros de la sociedad, que de este modo organizada concluiría con la pobreza y convertiría este bajo mundo en un paraíso terrenal.